Espirales solo pueden llevar a un lugar: el centro.
O tal vez no, tal vez van al otro lado, cualquier lado, todos los lados...
Y está bien, no saber, es mejor, es más excitante,
un juego de ruleta, el espiral dibujado al medio,
y el destino incierto, no se puede hacer trampa,
no hay magnetos que ayuden,
más que mi corazón, que podría atraer algo bueno, tal vez.
Y gira y gira, y me embriaga, más que cualquier bebida alcohólica,
más que tu mismo perfume, más que tu mirada,
más que tu silueta a contraluz recostada en el umbral,
desnuda con la luna llena iluminándote,
y me marea, y duele mi cabeza, duele mi mente,
y vivo en cada vuelta del espiral,
vivo cada vez que gira, que es igual a cada latir de mi corazón,
y no sé donde se detendrá, y no importa lo que quiera,
o lo que quieras tú,
tiene voluntad propia, y es sabio aquel espiral,
y también es bufón, rara combinación,
así es el espiral, y las opciones son muchas:
alegría y éxtasis, tristeza y soledad, letargo y paz,
molestia y cólera, aburrimiento y quietud,
sentir y vivir, muerte y reinicio,
y muchas más, y la opción que más se repite
pero nunca suele salir: otra oportunidad...
Y finalmente la vuelvo a girar, y no sé que saldrá,
y solo espero, y solo quiero verla girando,
y es allí a donde me llevará al lugar exacto donde debo ir,
que es donde estás tú, tal vez tenga suerte,
tal vez esta vez me lleve al éxtasis, tal vez...
Tal vez...
ResponderEliminarAbrazos, Lobo.