un tren que me lleve a la estación de tu sonrisa,
con mil boletos en la mano, para ir a todos lados,
menos a tu boca,
y perdido en caminos altos y bajos,
en rieles sin fin, entre vagones vacíos y otros llenos de ausencias tuyas,
voy preguntándole al pájaro azul en dónde bajaste,
o en dónde subiste,
y torpemente te busco con los ojos cerrados,
a propósito,
necio, cabeza dura, otra vez quiero encontrar un mundo,
buscando adrede en el Universo equivocado.
Cómo he de coincidir contigo,
si sólo atravieso laberintos inventados,
y mares de sal húmeda, que me dejan ciego con su albo,
y estoy siempre queriendo hallarte
al final de sombras de luna llena,
pero las sombras son espejismos alucinados
de mi afiebrada mente,
que sigue viviendo un sueño demente,
y es consciente de ello,
y es terca, por seguir el camino del latido;
sólo quisiera que alguien me diga,
a dónde ha de llevarme este tren desquiciado,
que acelera más y más,
y tal vez tenga que chocar contra un final de realidad
para poder detenerse...