Una Rosa Roja está en la mesa sin saber que la estaba cuidando

Una Rosa Roja está en la mesa sin saber que la estaba cuidando...

Sin saber que tuve que ir a curar las heridas que me causaron sus espinas,

sin saber que a pesar de eso que me hizo siempre continue amándola,

sin saber que sufro al verla sentir soledad y abandonos ficticios.

Nunca sabrá lo hermosa que es,

nunca sabrá lo profundo de su color,

nunca sabrá que mi sangre tiene exactamente su color,

ni que fue esa misma sangre, la mía, la que pintó cada uno de sus pétalos,

nunca sabrá cuanto la amo...

Es cierto que es una sola rosa,

pero también es cierto que es roja,

y que es lo más hermoso que haya podido existir,

y que mis ojos no pueden ni quieren ver más alla de su brillo,

sentir mas que su terciopelo natural,

percibir nada más que su exquisito aroma y hacerlo mío.

Y siendo la cumbre de la armonía,

siendo, también, la fuente de envidia de bardos profanos y metiches,

que me hacen celar cada milímetro de su tallo, robusto y armado por los

causantes de estas heridas que ahora llevo con orgullo y placer,

siendo mi musa personal,

no es conciente de ello,

lo ignora, y eso la hace aun más misteriosa y hermosa.

No tiene idea lo que es para mi, lo que siempre ha sido,

lo que siempre será, mi mundo, mi alma, mi aire, mi fuerza, mi inspiración, mi amor... mi amor.

No tiene idea y nunca la tendrá, nunca lo sabrá, nunca...