martes, 9 de marzo de 2010

LUNA DESDE EL ESPACIO

Hace poco un astronauta japonés publicó una foto de la luna en su página, y la verdad, sí es más hermosa cuando la vez tan cerca, pero igual, siempre mostrando la misma cara. Y que hay de la otra, la que nunca ha querido enseñarle a la Tierra, y ¿por qué?, acaso era hipócrita la Luna, o es tímida, o tal vez simplemente se acostumbró así, no lo sabremos si no le preguntamos:

Y tú que siempre estuviste allí,
tú que alguna vez me engañaste,
tú que aun ahora pretendes seguir como si nada,
como si no hubiese pasado eso,
ya lo olvidaste, acaso no recuerdas cuando casi muero,
cuando tú luz me enseñó ese camino falso,
camino traicionero, que seguí inicialmente,
pero desperté de tu hechizo a tiempo,
y me salvé de ser atrapado por el mundo mágico,
mundo submarino, país de una de tus criaturas,
que me esperaba abajo;
y allí fue cuando decidí alejarme de ti,
cuando realmente me molesté contigo,
y te ignoré por meses, años, mucho tiempo.

Pero tú igual, siempre mostrando lo mismo,
iluminando a veces más, a veces menos,
siempre así, altiva, hasta prepotente, a veces,
siendo reina de la sensibilidad,
te vuelves insensible a veces,
y no te importan los ruegos,
ruegos de amantes (sin amor),
ruegos de capitanes perdidos,
que llevan su barco (despojos de piel y huesos) hacia ningún lugar,
ruegos inconscientes de mentes atrapadas por tu fuerza,
que pierden la cordura, para un bienestar efímero
y para maldición eterna.

Y tú siempre así, acaso olvidas que hay algo detrás de ti,
acaso no sabes realmente, todo lo que escondes,
hay también belleza en lo inhóspito de tu espalda,
y ¿es realmente otro rostro el que ocultas
o es el verdadero?, que mantienes atrapado,
preso irremediable de su propia naturaleza,
dócil, gentil, tal vez.

Te voy a dar mi propia teoría final,
tu otra cara, Luna, es la verdadera,
nos has hecho creer que no existe,
nos has mentido siempre,
pero esa es la verdadera,
y la ocultas a propósito
para confundirnos a nosotros
ilusos terrícolas,
que sin ti no podemos estar,
que sin ti no podemos soñar,
que sin ti no podemos vivir...

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